sábado, 29 de mayo de 2021

LA MISIÓN DEL LAICADO Y LA CRISIS DE LA COVID-19

 Curso virtual de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya (Perú) se propone ser un espacio de diálogo, reflexión y acción sobre los retos de la crisis actual

 


El tiempo de la COVID-19 no nos ha sido ajeno a los miembros del pueblo de Dios. En todas partes del mundo, cristianas y cristianos hemos experimentado los sufrimientos y las esperanzas de la actual crisis. Inspirados en el Evangelio, muchos han respondido con generosidad, creatividad y audacia a las heridas generadas por la pandemia. Parroquias, Caritas diocesanas, movimientos eclesiales, hogares cristianos y tantos otros espacios de Iglesia se convirtieron en hospitales de campaña, como gusta decir el papa Francisco.

En medio de circunstancias tan desafiantes, estoy seguro de que Dios ha estado obrando en el corazón de muchos, cristalizando vocaciones al servicio de la fraternidad universal y el reconocimiento de la dignidad de todos. Sin lugar a duda, los frutos en la Iglesia y más allá de ella son abundantes. Pero para que estos compromisos alcancen su madurez y no se estanquen en el presentismo es fundamental generar espacios para reflexionar, examinar críticamente y expandir lo que venimos haciendo a la luz de la fe en el Dios revelado en Jesús.

En ese espíritu, la Universidad Antonio Ruiz de Montoya (Perú) ha lanzado el curso virtual “La misión del laicado y la crisis de la COVID-19”. Este quiere ser un espacio de diálogo, reflexión y acción entre laicas y laicos sobre su compromiso cristiano ante los desafíos del momento actual. A nivel de contenidos, se propone poner en conversación las experiencias de los participantes con las enseñanzas del Concilio Vaticano II y del papa Francisco, elaborando juntos criterios ético-teológicos para interpretar la crisis, discernir respuestas personales o comunitarias, e imaginar nuevos caminos de evangelización.

Para animar esta conversación, el curso cuenta con distinguidos expositores provenientes de diversos países latinoamericanos: las teólogas Consuelo Vélez (Colombia), Sandra Arenas (Chile) y Soledad del Villar (Chile), y los teólogos Carlos Schickendantz (Argentina), Rafael Luciani (Venezuela) y Raúl Pariamachi (Perú). Las presentaciones serán combinadas con trabajos grupales y personales cuya finalidad es apropiarse de los contenidos teológicos desde la propia experiencia, dando profundidad a lo que se viene haciendo o planteando propuestas para comprometerse con el entorno.

Por su dimensión teológica, el curso se propone disponernos a la escucha de la acción de Dios aconteciendo en medio de la pandemia, en nuestros contextos locales y en nosotros mismos. En primer lugar, es una invitación a escuchar la realidad. Vivimos un cambio de época y la pandemia de la COVID 19 sólo lo ha confirmado. Esa convicción que el Papa Francisco repite constantemente resuena más que nunca en un mundo en duelo, fracturado y en proceso de recomposición. En el último año, hemos sido golpeados por tantas muertes tempranas y despojo de la dignidad humana en todas partes del globo, mostrando las contradicciones del sistema político-económico vigente y profundizado sus desigualdades. Pero también hemos sido testigos de la esperanza activa que ha movilizado a comunidades en sus luchas por resistir a las otras pandemias sociales, honrar las memorias de sus difuntos e imaginar caminos para sanar nuestro mundo enfermo. En medio de todo eso, nos toca discernir dónde está Dios y a qué nos llama.

En segundo lugar, el curso quiere ser una plataforma de escucha y encuentro entre laicos y laicas para historizar nuestra vocación como pueblo sacerdotal y miembros del cuerpo de Cristo en medio de una de las crisis más graves de la humanidad. El papa Francisco, en continuidad con Vaticano II, nos convoca a construir una Iglesia misionera y sinodal, donde los laicos seamos plenamente sujetos eclesiales, donde nuestra voz sea escuchada y nuestro aporte reconocido. En tal sentido, los compromisos laicales son una fuente para reconocer el dinamismo del Espíritu Santo actuando en el pueblo de Dios y encausar la conversión de la Iglesia hacia la mayor gloria de Dios y el servicio de la humanidad.

La reflexión-acción de laicas y laicos tiene un valor imprescindible para encarnar el reinado de Dios aquí y ahora, así como para orientar el camino de la Iglesia en el cambio de época que vivimos. Tal contribución es fundamental cuando la Iglesia latinoamericana está en marcha a su Primera Asamblea Eclesial, que se propone crecer en la consciencia de que todos somos discípulos-misioneros en salida para así todos juntos soñar nuevos caminos de evangelización en el mundo de la post-pandemia. En tal sentido, esperamos este curso sea un granito de arena para que más laicos tengan más herramientas para aportar en el camino sinodal y misionero de la Iglesia del tercer milenio desde su rostro particular latinoamericano.

 

 

 

 

 

 

2 comentarios:

  1. Pienso que esta pandemia. Requiere el mayor de los esfuerzos, compromiso,inventiva de todos es un momento acertado para la reflexión el diálogo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pienso que esta pandemia requiere el mayor de los esfuerzos,
      Compromisos, inventiva de todos, es un momento acertado para la reflexión el diálogo

      Eliminar