jueves, 2 de enero de 2020

LA MAGIA DE LA NAVIDAD


La temporada navideña va llegando a su fin. Para muchos es un tiempo “mágico”. Algo así como una inyección de alegría para cerrar el año y comenzar el nuevo. Comida, regalos, unión familiar, buenos deseos, gratitud por lo vivido y proyecciones para el futuro. Pero su efecto resulta pasajero. Rápidamente nos encontramos de “vuelta a la realidad” y la magia de la Navidad se va desinflando. El reto está en hacer de esta alegría algo duradero. Y eso pasa por entender la Navidad como un tiempo que nos renueva en la búsqueda de una vida feliz y con sentido. 


Para los cristianos, la magia de esta celebración está en que algo que resulta imposible se hace realidad. Dios ha amado tanto a la humanidad que ha decidido caminar con nosotros, naciendo en el seno de una familia sencilla, y experimentando las alegrías y las tristezas de todo ser humano. Y sí que la manera en que hace esto rompe todos nuestros esquemas. Mientras tantos buscan desesperadamente poder y prestigio, el Dios de los cristianos ha querido entrar a nuestro mundo como un bebé, un ser vulnerable y necesitado del cuidado de sus padres. Cuando muchos desean riqueza y éxito, la familia de Jesús, el Verbo encarnado, se ve golpeada por la adversidad, sosteniéndose en la confianza en el amor y la solidaridad de aquel Dios, que nunca nos abandona.

Quizás es la imagen del Niño Dios en el pesebre la que mejor capta la auténtica alegría que despierta la Navidad. Los niños son capaces de despertar ternura y querer sin condiciones o barreras. Son ellos también los que nos recuerdan que el ser humano necesita del amor y el cuidado de los demás para encauzarse en la vida. Que Dios se nos muestre como un niño es un recordatorio que la felicidad es experimentarnos amados y cuidados sin merecerlo, ser reconocidos como valiosos y bellos tal y como somos.

En Navidad, celebramos que Dios decide hacerse parte de nuestra historia para desafiar nuestras lógicas y recordarnos qué hace la vida realmente feliz. Pero sabernos amados incondicionalmente no solo es motivo de un gozo individual, sino una invitación a compartir esa buena noticia con otros, a hacer de nuestra vida un regalo para los demás. Para que la magia navideña no acabe al llegar enero, estamos llamados a transformar esa alegría en compromiso con el proyecto de Jesús, quien vino a que todos puedan disfrutar de aquel amor incondicional que da un sentido decisivo a la existencia.

Que este 2020 sea un tiempo para aprender a mirar nuestra realidad desde el misterio de la Navidad; es decir, desde la convicción que caminamos con un Dios que nos ama y que no quiere que nadie quede excluido de ese amor.

10 comentarios:

  1. Me ha encantado tu reflexión estimado Juan Miguel y cierto lo que mencionas. La alegría navideña no es duradera sin embargo intensa. La invitación permanece en se seguir gozando de la presencia de Dios Emmanuel con una actitud de niños que acogen sin barreras. Feliz año nuevo.

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    1. Crispin, gracias por leer esta reflexión. Recoges muy bien lo que quise comunicar. A ponerse en camino en el gozo de que Dios-está-con-nosotros.

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  2. Hola Juan Miguel, una excelente idea el tener este blog. Me encantaría tener tus reflexiones sobre los cursos que estás llevando. Un gran abrazo en estos momentos de renovación. Juan Ansion

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    1. Hola Juan, gracias por animarme en este camino. Intentaré escribir una vez por semana, compartiendo textos cortos pero que ayuden a arrojar preguntas. Encantado de recibir tus comentarios. Otro abrazo

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  3. Buena reflexión, la magia de la navidad no debe acabar en enero, debe transformarse en un compromiso duradero. Saludos, Mili.

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  4. Me conmovió tu reflexión, Miguel. Gracias por compartirla. Un redescubrimiento de la Incarnación es lo que necesita este mundo. ¡Bendiciones! -Charlie

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    1. Charlie, gracias por leer el texto. Tienes toda la razón. Volver al misterio del Dios encarnado nos anima a una conversión urgente para salvar este mundo. Te veo pronto por Boston. Abrazos

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  5. Buen año 2021 querido Jme el más grande abrazo para ti💛

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