domingo, 16 de febrero de 2020

PARA LEER “QUERIDA AMAZONÍA”





A horas de su publicación, la exhortación apostólica pos-sinodal “Querida Amazonía” levantó mucha polémica más por sus omisiones que por sus contenidos. En el espíritu de animar a participar informadamente del debate, comparto un resumen de cinco puntos que me parecen claves para acercarse al documento.

Mirar más a fondo

La ausencia de un pronunciamiento sobre el sacerdocio para hombres casados y el diaconado para las mujeres fue presentado por algunas voces dentro de la Iglesia como el fracaso del sínodo, mientras otras celebraban la preservación del celibato como sello distintivo del ministerio ordenado. Además, fue el tema que la prensa levantó con mayor insistencia. Acertadamente, Mauricio López, secretario ejecutivo de la REPAM, calificó estos planteamientos como unilaterales y reduccionistas, en tanto provienen “desde fuera” de la Amazonía e invisibilizan muchas otras propuestas esenciales que reflejan el sentir directo de los pueblos.

Por tanto, el valor de la exhortación apostólica no puede restringirse al tema de los ministerios eclesiales, aun cuando este sea un asunto relevante. Es necesario mirar el documento con mayor amplitud. “Querida Amazonía” debe examinarse en relación con todo el camino sinodal y la complejidad de la problemática de la Amazonía que abarca la promoción de una ecología integral y el discernimiento de nuevos caminos para la evangelización. La exhortación viene a ser el inicio de una nueva etapa de la conversación y no el punto final.

Estructura de “Querida Amazonía”

La exhortación se organiza en cuatro capítulos. Cada uno de ellos, corresponde con “sueños” del papa Francisco para el futuro de la Amazonía. Primero, el “sueño social” relacionado con la lucha por los derechos de los pueblos originarios y los pobres de la Amazonía para que su voz sea escuchada y su dignidad promovida. Luego, el “sueño cultural” que apela a la preservación de las culturas de los pueblos amazónicos y la valoración de sus maneras de vivir y trabajar. Tercero, el “sueño ecológico” centrado en el cuidado responsable de la naturaleza de los ríos y las selvas de la Amazonía para que las próximas generaciones puedan contar con sus recursos. Finalmente, el “sueño eclesial”, en que anima a la Iglesia a abrazar y escuchar a los pueblos indígenas para abrir nuevos caminos de evangelización que permitan la inculturación plena del Evangelio en esta zona del planeta.



Emergencia de una “nueva hermenéutica” en el magisterio

El papa afirma que la exhortación no pretende reemplazar ni repetir el “Documento Final del Sínodo”, sino ofrecer un marco de reflexión que oriente la recepción de todo el camino sinodal. En ese sentido, para el teólogo venezolano Rafael Luciani, es clave que, en vez de integrarlo a “Querida Amazonía”, Francisco asuma la autonomía del “Documento Final del Sínodo”, invitando a leerlo y aplicarlo. Según Luciani, tal afirmación implicaría que la autoridad de las Iglesias locales en el discernimiento de su misión está por encima de la Curia romana, estableciendo una “nueva dialéctica” entre el peso de un documento de un sínodo regional y el magisterio pontificio.

Justicia para la Amazonía

La exhortación destaca por su reclamo de justicia para la región amazónica y sus pueblos, exigiendo un desarrollo que ni colonice el territorio ni debilite su identidad. Como ha anotado Mauricio López, la cobertura dada al tema de ministerialidad hace perder de vista que “Querida Amazonía” se pronuncia con firmeza respecto a estructuras económicas y macropolíticas, y a la crisis ambiental, que ponen en riesgo esta reserva ecológica del planeta. El documento califica como “injusticia y crimen” los emprendimientos que dañan el medio ambiente y no respetan el derecho de los pueblos originarios al territorio, la autodeterminación y el consentimiento previo.

Además, se insiste en el cuidado de la casa común como responsabilidad global que abarca a los gobiernos y a la ciudadanía. En ese sentido, la encíclica Laudato Si’ constituye un referente clave para “Querida Amazonía” y de todo el camino sinodal por su planteamiento de una interconexión ineludible entre la crisis ecológica y el clamor de los pobres.



Ministerialidad y reforma de la Iglesia

El documento alienta a las comunidades cristianas en la Amazonía en el discernimiento de nuevos caminos para una auténtica inculturación del Evangelio en esta región. En esa perspectiva, “Querida Amazonía” es consciente de la necesidad de nuevos ministerios para encarnar una Iglesia con rostro amazónico. Sin embargo, el “Documento Final del Sínodo” planteó propuestas en el tema (viri probati, diaconado femenino, etc.) que la exhortación no recoge, sin desestimarlas ni legitimarlas. Cuesta interpretar el silencio de Francisco: para algunos significa “cerrar el paso” a estas alternativas, mientras para otros es una “carta abierta” para que los obispos amazónicos insistan en la cuestión. Más aún, desconcierta que el papa invite a buscar “nuevos caminos” y, ante la apremiante realidad de comunidades que no celebran regularmente la Eucaristía por la ausencia de sacerdotes, plantee soluciones tradicionales tales como la generosidad en el envío de misioneros y la oración por las vocaciones sacerdotales.

Al momento, quizás toque escuchar la posición moderada del británico Austen Ivereigh, biógrafo de Bergoglio, para quien el papa está aplicando las reglas del discernimiento espiritual a esta difícil decisión. Ante los enfrentamientos internos que generan estas propuestas, no quiere una salida que imponga una posición como victoriosa sobre la otra. Más bien, el llamado está en intensificar la búsqueda e imaginar una “tercera vía” que responda a la problemática de fondo y reciba un mayor consenso dentro de la Iglesia. En todo caso, este pontificado tiene el mérito de estar generando condiciones para un debate sobre cuestiones que, hasta hace cinco años, se pensaban inmodificables e indiscutibles.

No hay comentarios:

Publicar un comentario